Uno de mis platillos mexicanos favoritos es el Pastel Azteca, la versión mexa de la lasaña italiana. La verdad no conozco el origen de este platillo, ni si realmente fue una mexicanización de la lasaña (aunque no lo dudaría); lo que sí se, es que es un platillo realmente delicioso. Por lo mismo, casd que mi madre preparaba Pastel Azteca me terminaba atascando como si no hubiera mañana. Es por eso que, esta semana, que necesitaba algo reconfortante, tuve la idea de emular la receta del Pastel Azteca de mi madre… y la verdad me gustó mucho cómo quedó la receta. ¿Te gustaría prepararlo en tu casa? Entonces sigue esta sencilla receta…

Por cierto… no tomé fotos del proceso porque no pensaba subir la receta. Pero, en vista de que me la pidieron aquí esta…

Ingredientes

• ½ kilo de pechuga de pollo
• 4 a 5 tomates saladet
• 5 o 6 chiles de árbol seco
• 3 o 4 chiles guajillo
• 4 a 6 chiles poblanos
• 1 cebolla
• 1 elote blanco desgranado (o 1 lata de elote blanco)
• ½ litro de crema
• 300 gramos de queso manchego rallado
• 1 diente de ajo
• ½ kilo de frijoles negros refritos
• ½ kilo de tortilla
• Aceite vegetal
• Sal
• Pimienta

Preparación

En una olla agrega suficiente agua y ponla a hervir. Una ves que esté hirviendo agrega la pechuga y tápala. Deja que la pechuga se cocine por unos 20 a 40 minutos (depende mucho de la estufa) y cuando esté bien cocida sácala y desmenúzala.

Coloca el chile poblano en un comal (o directo al fuego) hasta que toda la piel esté completamente negra (ve moviéndolos). Cuando esté negra la piel, guárdalos en una bolsa de plástico bien cerrada durante unos 20 minutos. Retira la piel del chile, frotándolo con una servilleta ligeramente húmeda. Corta los chiles en tiras y quítales todas las semillas.

Pon a calentar un poco de aceite en un sartén hondo o en una olla. Corta el jitomate y la cebolla en cubos grandes. Cuando esté bien caliente el aceite, agrega los chiles de árbol y guajillo y la cebolla y deja que se sofrían por unos 3 a 5 minutos. Después agrega el ajo pelado y cortado en cubos grandes y los jitomates. Deja que todo se cocine hasta que los chiles estén bien suaves.

Cuando las verduras estén listas. Sácalas del fuego. Echa las verduras a la licuadora y sazona al gusto con sal y pimienta (si lo deseas también caldo de pollo o algo glutamatomonosódico) y licúala bien.

En el mismo sartén donde sofreíste las verduras, agrega más aceite y caliéntalo muy bien. Cuando esté listo fríe ligeramente las tortillas. La idea es colocarla solo un instante, para que nos se endurezcan (es como si hicieras enchiladas o enfrijoladas).

Precalienta tu horno (yo prefiero siempre usar el horno eléctrico porque me da más control de la manera en la que se distribuye el calor) a 250 grados.

Coloca una capa de tortilla en un Refractario (yo usé uno para panqué). Después agrega una ligera capa delgada de frijoles, otra de pollo desmenuzado, otra de salsa, otra de crema, otra de queso y una última de chile poblano. Repite este proceso las veces que sea necesario.

Cuando llegues a la última capa (lo sabrás porque se acabará el espacio en el refractario, agrega una generosa capa de queso manchego.

Ahora solo falta meter el refractario al horno y dejar que se cocine (en función bake) por unos 10 minutos. Si usas horno eléctrico (o tu horno convencional tiene la función) déjalo unos 5 minutos más en broil para que queme el queso de arriba.

Sácalo del horno con mucho cuidado, córtalo en rebanadas y sírvelo con mucho cuidado.

¡Y disfrútalo!